Se presentó el compango junto con la fabada en una cacerora que se dejó en la mesa para servirnos a nuestro gusto.
Previamente el cocinero nos había pregutado cómo la queríamos pues la fabada es desgrasada y añade con posterioridad la grasa a gusto del comensal. Decidimos que la queríamos desgrasada y, por ello, el color no era ese anaranjado típico de la fabada sino otro bastante más claro que hacía incluso dudar de la calidad de la misma. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.
La faba muy buena. Blanda y homogénea y aunque ciertamente podría haber sido más suave, era más que correcta.
Lo realmente extraordinario, sin comparación con nada que hubiera probado con anterioridad fue el caldo. Poseía una riqueza de sabores inmensa, tanto que bien se podía haber servido como un sopa o una crema. Impresionante.
EL COMPANGO
Bueno, enormemente variado y de calidad. El chorizo carnoso y poco grasiento y la morcilla con mucha cebolla y sabrosa.
PRECIO: 15 Euros (IVA incluido)
PUNTUACIÓN GENERAL: 8
Por supuesto, nos ofrecieron comer cuanto quisimos. El servicio sobresaliente. Una atención inusual y unas enormes ganas de satisfacer al cliente. Un lugar acogedor con un toque de magia donde se ha dejado patente que se disfruta con lo que se hace. Para repetir.
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